martes, 7 de junio de 2011

La federación vecinal asume el ´hartazgo´ de los ´indignados´ y les propone la unión

Cave-Cova, que representa a 100.000 vecinos, se identifica con el 15-M y visitará mañana la plaza para ofrecerles ser un "cauce de continuidad" a su lucha 


PACO CERDÀ VALENCIA 
A los indignados acampados en la Plaça de l'Ajuntament de València les salió ayer otra novia para vehicular sus reivindicaciones, más allá de la plaza y la espontaneidad, a través de una plataforma con amplia base social, gran experiencia y buena visibilidad mediática. Es la Confederación de Asociaciones de Vecinos de la Comunitat Valenciana (Cave-Cova), que agrupa a 330 colectivos vecinales y más de 100.000 afiliados. En un comunicado de su comisión permanente, Cave-Cova expresó ayer su "simpatía" por el "movimiento democrático y pacífico" del 15-M, con quienes dice compartir "un hartazgo límite plenamente justificado". La plataforma vecinal destacó que "las reivindicaciones expresadas en sus manifiestos coinciden en buena parte con las reivindicaciones del movimiento vecinal". Por ello, y en declaraciones a Levante-EMV, el presidente de Cave-Cova anunció ayer que representantes de la plataforma vecinal acudirán mañana a la plaza para, si obtienen el beneplácito de la asamblea, dirigirse a los indignados, leer el manifiesto aprobado y "ofrecer un cauce de continuidad" a su lucha a través del movimiento vecinal.
El documento de Cave-Cova recoge, ciertamente, muchos puntos de la agenda del 15-M. Defienden la existencia de "cauces de participación más allá de la participación estrictamente representativa a la cual no renunciamos en ningún caso"; denuncian la "injusta marginación de sectores importantes de la población que se sienten zarandeados por el "sistema", que sufren las consecuencias de la ambición desmedida creada a partir de un "neoliberalismo radical" que huye de regulaciones internacionales y tentado permanentemente de corruptelas"; y critican que "la especulación se ha introducido como forma de negocio sin ninguna moralidad, hasta el punto de atacar sin piedad al "estado del bienestar" haciéndolo responsable de la quiebra económica a la vez que se solicitan rebajas de impuestos para los que más tienen". También se oponen a los "recortes sociales en Educación, Sanidad, Dependencia" y piden zanjar "los fastos y los gastos innecesarios para mayor gloria de alcaldes y presidentes".

Riesgo de frustración
La propuesta es de calado. Juan Antonio Caballero, presidente de Cave-Cova, explica que las asociaciones de vecinos "pueden ser el cauce natural de continuidad" del movimiento 15-M. "Esta indignación no puede quedarse en la plaza, y me preocupa el riesgo que se corre de que esta gente que ahora tiene tanta ilusión, salga tocada de la plaza y creyendo que no se puede hacer nada", afirma Caballero, quien justifica su invitación a la unión de fuerzas. "Es importante que los indignados sepan que existe un movimiento cívico asambleario, plural, abierto y democrático" con sus preocupaciones. "La unión nos beneficiaría a ambas partes", agrega Caballero: "a las asociaciones vecinales nos hace falta gente nueva y joven, y nosotros les ofrecemos una estructura ya formada, mucha experiencia y una visión general de la sociedad, no sectorial". Además, de una forma asequible: inscribirse a una asociación vecinal cuesta entre 8 y 10 euros al año.
Aparte de los 330 colectivos integrados en Cave-Cova, que es la federación vecinal mayoritaria, en la Comunitat Valenciana existe otro millar de asociaciones vecinales.

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